Si buscas un vino más ligero, refrescante y directo, Albariño es la opción perfecta. Es ideal para días calurosos, tapas y comidas ligeras.
Si prefieres un blanco con más cuerpo, con mayor complejidad en boca y potencial de envejecimiento, Godello será tu elección. Es perfecto para comidas más elaboradas o para sorprender a tus invitados con algo distinto.